Monumento de Semana Santa de Toledo
El Monumento de la Semana Santa es algo bastante desconocido en general ya que se trata de un ejemplo de devoción y arte efímero que existe solo durante unos días y no se construye desde hace décadas.
Antes de nada, hay que entender qué es la Semana Santa. Se trata del momento más importante del calendario litúrgico y del año del cristiano. Después de la larga Cuaresma viene la Semana Santa donde se da la Pasión, Muerte y Resurreción de Cristo. Son unos días muy intensos religiosamente ya que en ellos se recrean sus últimos días de la Primera Venida (en contraposición de la Parusia). De hecho todos los evangelistas dedican más ó menos texto a esos últimos días. Todos coinciden que de los ocho días de la Semana Santa hay dos momentos que son los más importantes: el Domingo de Ramos y, por encima de todos, el Triduo Pascual. Como dijo Agustín de Hipona en una de sus cartas «Sacratísimo Triduo» .
Considera ahora ese sacratísimo triduo del Señor crucificado, sepultado y resucitado.
San Agustín, Epístolas, 55:14
Lo que más destaca de esta temporada es la aflicción del mundo cristiano. Por un lado el Jueves Santo es el día en el que Jesús es crucificado y muere. A continuación los otros dos días más tristes para los cristianos, cuando aún no ha resucitado. Este desaliento cristiano va por dentro y se muestra en su comportamiento al igual que los templos sin cruces, candeleros, ni manteles.
Pero que no sea un día al uso no significa que no vaya a darse la comunión ni que no se vaya a oficiar misa. Esta se hará más tarde (aunque sí que es cierto que será un acto mucho menos boyante que otros. Por este cambio en el horario y las limitaciones lo que se lleva a cabo es el Jueves Santo una consagración múltiple, no solo para ese día sino también para los dos días siguientes. En este momento es donde entra la importancia de los monumentos de Semana Santa ya que las hostias consagradas se guardan en estos tabernáculos, arcas, etc. para ser usadas cuando correspondan de los días posteriores.
El que se llama el Monumento Grande de la Semana Santa de Toledo se empezó a construir en 1805 y el Jueves Santo de 1807 ya estaba terminado. La inspiración es el monumento similar que se exponía en la Iglesia de San Ginés de Madrid, del que no nos queda nada por perderse en un incendio. Sin embargo el arzobispo encargante (Luis María de Borbón) decidió que en este gran monumento no se escatimaran en gastos. Caros elementos como las telas de Molero ó la compleja coordinación del proyecto son muestras de ello.
El monumento lo define Felipe Sierra (curial cronista) en estos años como «una gradería muy clavada toda imitada a jaspe negro, filetes y medias cañas doradas, un tabernáculo con columnas jaspeadas de colores, su cascarón ó medio punto«, lo que es una definición muy somera pero muy acertada. A esto lo que deberíamos añadir es el programa escultórico.
Estas estatuas son de grandes dimensiones (cerca de tres metros cada una) y por su ubicación están deformadas para que sean armoniosas a la vista desde la parte baja. Hay dos grandes grupos de esculturas: los ángeles y los soldados que guardan el templete. Los segundos realmente mantienen un diálogo entre ellos llegando incluso a «conversar» sobre lo que puede estar sucediendo dentro del arca. Respecto a los ángeles, hay dos grupos por un lado unos adoradores y otros portando los instrumentos de la Pasión.
Este monumento hace décadas que no se monta para realizar las funciones para las que fue diseñado, de hecho en el siglo XX a penas se montó más de cuatro veces y la última de forma parcial en 1973.
Como vemos la Semana Santa de Toledo, Fiesta de Interés Internacional, no son solo las procesiones sino que realmente hay una gran cantidad de elementos que en general no se conocen y que guardan, en parte, la esencia de todo lo que conllevan estos días.
Algunas fuentes:
LITURGIAPAPAL.ORG, Sagrado Triduo Pascual, 11 marzo 2016.
NOVO SÁNCHEZ, F.J., El Monumento de la Semana Santa de la Catedral de Tui ¿Arte efímero?, en MÍNGUEZ, V. (ed.), Las artes y la arquitectura del poder, UNIVERSIDAD JAIME I, Castellón, 2013.
OROZ RETA, J., San Agustín: El hombre, el escritor, el santo, AGVSTINVS, Madrid, 1967.
ORTIZ, J.L., Vivencia del Triduo Pascual en la Santa Misa, ESQUEMA EN LA MISA DEL SEÑOR, 2020.