Jardín de la Isla en el Palacio Real de Aranjuez

En toda España hay una gran cantidad de jardines y la gran mayoría vinculados a la curia ó a la Iglesia. Pero uno de ellos es bastante conocido pero poco visitado: Los Jardines de Aranjuez, en adelante nos vamos a referir al Jardín de la Isla principalmente. Estos se encuentran en el Real Sitio de Aranjuez que fue la residencia de primavera de la monarquía hispánica.

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El establecimiento de Aranjuez como sede de Corte no comienza en un momento concreto y se prolonga en adelante sino que va estableciéndose poco a poco. El origen de lo que sería este real sitio está en una villa de espacimiento bajo el dominio de la Orden de Santiago. Este primer pabellón estaba situado, como el acual palacio, en la confluencia del Jarama y el Tajo. Una zona resguardada del entorno, fresca y bien ventilada.

Felipe II, siendo conocedor de esta situación, fue el primer monarca que establece allí un palacio (que no completa), unos pequeños jardines y la organización urbanística del entorno. Deberíamos esperar hasta Fernando VI para ver completado el complejo prácticamente como lo vemos hoy en día. Aunque las últimas grandes reformas fueron en tiempo de Carlos IV e Isabel II (segunda mitad del siglo XIX).

De hecho nos vamos a centrar en el motivo por el cual se eligió a Aranjuez: sus Jardines. Entre todos los que tiene nos vamos a centrar en el Jardín de la Isla. Este no es el más grande (Jardín del Príncipe) ni el más decorado (el parterre), pero sí es el que guarda mejor el equilibrio.

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Vista oeste del Palacio de Felipe II

El acceso principal a este espacio es por medio de dos puentes en la parte trasea del Palacio (junto al parterre). El primero de estos puentes tiene escalones y es el más antiguo. En él tienes a parte de la Cúpula Olímpica y a Hércules escoltando la entrada. El segundo puente es más nuevo y la principal diferncia es la ausencia de escalones ¿el motivo? poder entrar en carriola de la reina (una especie de triciclo sobre el que iba montada una cama) sin los molestos escalones. Una vez dentro del Jardín de la Isla nos encontramos un diseño muy poco cambiado desde época de Juan Bautista de Toledo (urbanista del Felipe II que se encargó también de las obras de El Escorial) allá por el enero de 1561. Desde entonces empezó a traer especies de todos los lugares de Europa bajo la Monarquía Hispánica (frutales andaluces o del Norte de Europa). Sin embargo hay dos cosas a tener en cuenta: La primera es que se trataba de una isla fluvial formada por sedimentos y que con un río tan caudaloso como el Tajo, con una riada podía verse muy dañada. La segunda es que, innato a su naturaleza, antes de construir se debía allanar. Por todo esto hasta 1563 no se pudo empezar a plantar.

Vista lateral de la Fuente de Baco

El primer Jardín de la Isla era un poco distinto al que vemos hoy en día. Era un jardín español en el que se respiraba la herencia hispano-musulmana. Los caminos estaban cubiertos, tenían un diseño geométricos y escorrentías dentro, además, los campos entre medias donde daba el sol era un espacio lleno de luz, fuentes y seres mitológicos. Una de estas criaturas es un pequeño, serio y rechoncho Baco que está sentado en un barril de vino mirando una copa de vino en lo alto mientras intenta mantener una seriedad poco propia de sus fiestas. Gran parte del proyecto decorativo de los Jardines del Palacio Real de Aranjuez no es una creación ex novo para el sitio, sino una reutilización de otros reales lugares, de hecho este pequeño Baco tiene a sus hermanos de producción en el Palacio Real de Madrid.

Esta es una de las más peculiares estatuas del Jardín de la Isla pero es un sitio muy extenso con una gran cantidad de decoraciones. Sobre todas las decoraciones destaca algo que no es tal. Se trata de una gran obelisco de ladrillo que se encuentra en el centro de la zona ajardinada. Podríamos ver en esta construcción algo relacionado con ocultismo ó una construcción ya desaparecida pero no es tan interesante. Este gran obelisco sirve principalmente para una mejora en el flujo de las cañerías de hierro subterráneas.

Los Jardines del Palacio de Aranjuez y en concreto el de la Isla son un comprejo en el que se han vivido grandes momentos de la Historia de España y esto se debe a que al ser un paraje paradisiaco, los reyes se centraban en él para allí pasar sus días y disfrutas de las jornadas. Hoy en día Aranjuez ha perdido el pulso real que tenía en su momento sin embargo lo mágico de sus jardines y de sus construcciones pervive en estatuas, diseños, fuentes y plazas. Todos sus templos, palacios y edificios de Palacio que tiene esta villa ya lo dejamos para otra visita.